brazos delgados y poco apetito
un deseo pidió a sus papis
a su mamita y a su tio loco
los patines de esa gran niña
que desde la tele deslumbró
sus emociones y deseos
para deslizarse por el mundo
muy rápido y ser mas linda aun.
Para Navidad los esperó
tal como los papis prometieron
mas no llegaron por estar
lejos del presupuesto
y no haberlo previsto.
Lloró en silencio y se prometió
ella misma conseguirlos
ayudar a su mamita en la tienda
y conseguir moneda a moneda
o lo que sea necesario
para ser ella misma
la realizadora de su sueño.
Pero las propinas eran pocas
y las esperanzas de alcanzarlo
se iban nublando,
y como la mamita no lo tenía
como urgencia solo quedó
descartar su posibilidad
con mucha resignación
por cierto.
Se acercó su cumpleaños
y sus papis con mucho amor
y poco dinero
prefirieron que olvide el asunto
y sus ojitos de princesa
café como su amargura
presintieron que así sería
y sin más esperó
para un cumpleaños más
sin patines.
Pero a la mañana al despertar
grata sorpresa obtendría
dos cajas envueltas
sin remitente y sin tarjeta
el contenido era lo importante
rompe el papel y descubre
lo que por mucho tiempo esperó
¡mis patines! gritó la princesita
emocionada y más linda que nunca.
Todos lloraron sin sospechar
que a lo lejos el tío loco
de su engreída no se olvidó.